Se te transparenta la vida
a través del vestido
colgadito del cuerpo
que tan frágil te sostiene
el espíritu indestructible:
empujas la cadera
en un ágil esfuerzo
que te lleva al fin del mundo,
allí donde dejas colgar los pies
y te permites caer de canto,
como si no te supiese
a nada
la gravedad.
Abres la puerta
que te trae, al fin:
te veo la vida
sin transparencias.
a través del vestido
colgadito del cuerpo
que tan frágil te sostiene
el espíritu indestructible:
empujas la cadera
en un ágil esfuerzo
que te lleva al fin del mundo,
allí donde dejas colgar los pies
y te permites caer de canto,
como si no te supiese
a nada
la gravedad.
Abres la puerta
que te trae, al fin:
te veo la vida
sin transparencias.
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