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Silentium


Si no se les oye
es que no están
ni ausentes
ni en sus cuerpos de cerámica
cultivados por el sol,
estarán en la argentina
dibujando el tiza el cielo,
o en un café francés
que cinco minutos más tarde
derrotó al terror.

Si no se les oye
tal vez
les hayan colocado el bozal
con el que se aquieta a los pobres
que por dentro arden
como si cada noche fuera San Juan.

Si no se les oye
será
que el silencio los tiene secuestrados
y ya solo asoman sus bocas
cuando el amo les arroja el pan;
o será que en verdad están ausentes
esa ausencia que brota
cuando uno se ha cansado de estar.

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